martes, 18 de septiembre de 2012

En tu suspiro

CARTAS DE AMOR
Eileen Ovalle y Bernal Vargas


Solar de mis Suspiros… 
Al filo de la noche. 

Península divina que te derrites como cera, ante el calor de la hoguera de este refugio mío que te pertenece…en esos confines del mundo, donde tu voz se escucha como el eco de dos sueños…el tuyo siendo mío…y el mío siempre tuyo en el perfil de mis caricias…

Esas que pueden sucumbir ante tus labios, tus ojos, tus manos y todos los misterios de tu cuerpo, donde yo navego con mi barca impregnada de ternuras, aceites y aromas de dos lirios y aquellos pétalos de nardos que colgaste en mi ventana cuando amor –en madrugada- desnudaste mis sentidos (uno a uno) con la cálida humedad de tu locura, descendiendo por los pliegues más ocultos de este cuerpo mío, susurrando con ternura cada letra que en tu nombre canta y brilla como las cigarras al caer la noche y un lucero se desprende de los cielos matizados en tus lienzos negros…

Y es que eres vida mía de mis sueños, como aquellas cordilleras blancas y nevadas donde todos los inviernos se reúnen y empieza a destilar la noche en bandadas de gaviotas y copos infinitos de lunadas cristalinas al calor de un plenilunio…donde bajo de tu ombligo hasta el delirio de tus mares agitados…levantando la marea…

Y te siento vida…si…como el roce de los vientos en mi cara…como toda la verdad de tu sonrisa…como el dulce susurrar de tu palabra…coqueteando con la mía…en un susurro a la distancia.

Mientras bordo con guirnaldas el candor de la guarida donde aguardo con amor, esa llegada, de tu plácida ensenada…de tu barca y tu morada…aquí en mi alma enamorada de tu aurora fragmentada---asomando al despertar de tu mirada!

Andrómeda

-- ♥ --

Al borde de la tarde…
Amada Andrómeda.

Siento como si los silencios de esta tierra se acentuaran en mis oídos… y una red de besos que tapizan tus recuerdos fecundan mis deseos… inevitablemente este amor tuyo ha sembrado la semilla que hoy germina en mi pecho y me arrebata… en mis sienes pervive tu memoria, la que forjaste todas esas mañanas en que dulcemente vertías tus ánimos sombre mis solidas cúspides y me empapabas…

Me vestías de nervaduras que olían a nardos y almizcle… ay azucena que te elevas en mi cantos… desde los farallones de esa ínsula sombría, donde pagas tus injustas condenas, aplaca con tus efluvios que me llegan desde la distancia, este dolor que cala mis tuétanos y que me quema el alma…

Espero silente al borde de estas tardes en que la mar se evapora en mis ojos, ese instante prodigioso en que pueda posar en tus manos las mías y llevarte el Paraíso, ahí donde seremos dos navíos navegando el firmamento… y nada, ni Zeus mismo podrá arrebatarnos la gloria de nuestra unión…

Espera… paciente, o mi dulce alondra… seré tu túnica, cubriré tu piel y arropare tus carnes… buscaré el preludio de la noche para llenarlo de cítaras y laúdes… y en un torbellino de besos te envolverán mis labios… ¡Espera, amada mía!

Perseo

1 comentario:

  1. Ufff, que preciosidades, he quedado atónita con tanta belleza. Los felicito a ambos...Un abrazo doble!

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Que la palabra escrita...se grabe en tu pecho...y tu recuerdo en mi memoria...

Música del cielo