Ciudad despejada
y en la calle…
la noche rondando
en un suspiro tenue
la madrugada habla
a tus oídos
mientras la piel
desnuda y suave
se nos enreda…
he llegado a solas
a mirar tus ojos,
en plenitud callada
y tantas veces
temblé en tus brazos,
como la hierba
que susurrarte ahora
es nada más mi vida,
cuestión de tiempo
en ese reloj sencillo
en la pared de piedra
que nos mira desde lejos!
Eileen
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Que la palabra escrita...se grabe en tu pecho...y tu recuerdo en mi memoria...