lunes, 18 de febrero de 2013

Atardecer entre los brazos


Y el eco indiscreto
de los ocasos,
se escondió en tus ojos pardos
mi amor, como los otoños,
al descender la tarde

Y deshojé a caricias,
tus manos apretadas
a mis caderas tibias,
llamándote con un gemido

y es que tú, mi bien
eres como la brisa
al terminar las tempestades
que se gestan en mi vientre!

Eileen

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Música del cielo