Quizás he de buscar entonces la ínfima historia de tu paso, en los pentagramas de notas solitarias, que cantan en mi alcoba, después de dejar atrás la simiente de tu sombra, el enigma de tus ojos, el color de tu mirada y la esencia de tu espalda, que en plena intimidad desnuda, me hablaba de los gestos de mi boca y del presagio que se pierde entre el gemir del viento y tu voz pausada, haciéndome el amor, en un susurro…
Eileen
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Que la palabra escrita...se grabe en tu pecho...y tu recuerdo en mi memoria...