lunes, 25 de marzo de 2013

Melancolías



A veces, mis palabras son melancolía y se diluyen como los manantiales sobre los campos anegados en ese reverdecer de las praderas, que se inquieta ante la espera tan larga de la llegada de los otoños, después de que los inviernos partieron de mis ojos, hacia ese lejano infinito de tu existencia.

Pero déjame que te diga en este silencio mío donde las letras gimen a su paso y los pergaminos se visten de negro, como esas ninfas tristes que no se atreven a olvidarte y a veces, sí...tan sólo a veces, hablan de tu historia con esa ínfima tristeza que no se esconde…que tus ojos me capturaron hace tiempo...como tu risa disfrazada de las tempestades y del ímpetu de los vientos, en ese rostro tuyo tan intrépido, donde deposité la aurora de mis sueños.

Y aunque a veces jugábamos con la distancia recostada en el ocaso…hoy tu ausencia se altera en la locura, que a sorbos se bebe en soledad los sentimientos.

Hablar del paso de tu huella se ha vuelto una costumbre que me hiere…y sin embargo, no logro acomodarme en este olvido, que le ha dado un tono diferente a mis pupilas, cuando la noche que parpadea en estos ojos míos, que retienen una estrella.

Y es que todo sabe diferente en la mañana, cuando mi paladar respira la vida que te nombra y la profundidad de mis sentidos te ignora como si el torrente de mis venas no sangrara, ante la pérdida de tus caricias, adheridas a mis poros.

Eileen

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Que la palabra escrita...se grabe en tu pecho...y tu recuerdo en mi memoria...

Música del cielo