Cómo no he de sucumbir a tu silencio
que me azota a grito callado,
esas noches negras a destajo
de luto, dolor y desengaño
Donde lloran las luciérnagas desnudas
ceñidas de oscuridad mortuoria…
y donde el tiempo pasa como a sorbos
sin la prisa adherida a algún despojo
Ese indómito espesor de tu recuerdo
que aplasta los cimientos de mi pecho,
me duelen como dardos sin lamento
aquí en la cavidad de mi silencio!
Eileen
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Que la palabra escrita...se grabe en tu pecho...y tu recuerdo en mi memoria...