Te encontré en la península solitaria
de mis abismales recodos…
entre la espuma blanca
y la arena dorada y caracolas
Con mis cabellos sujetos en pañuelos
de viento y suspiros…apretados…
llegué o a sostener el pensamiento
en estos refugios secretos de mis sueños
Y suavemente se me enredaron las horas
como hiedra vespertina por mi espalda…
y el silencio, que gemía entre las olas
arrebató el denuedo de mi alma!
Amaneció el ocaso ante mis ojos pardos
que en solsticios nacarados te buscaron,
como quien busca un espejismo claro
al filo del mar entre los cielos…
y te encontró mi alma…sedienta de la tuya
en ese palpitar pausado de la tarde…
que lentamente se enreda con la luna
y anochece!
Y te amé en secreto como lo hacen los poetas,
en esas eternas serenatas eternas de salitre y mirra
…y de sangre…libertad y vida…
mezclada entre mis venas!
Eileen
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