Rompí el silencio tantas veces con mi grito,
que el mutis de tus ojos cayó a pedazos en mis manos,
después de llorar el abandono de la noche
en la huida clandestina de tu alma,
que escapó entre las bandadas de aquellas golondrinas tristes,
que no lograron despedirse nunca,
de tus cielos, tu pasado y mi recuerdo!
Eileen
Que poema amiga, y sus tres últimas exclamaciones, me erizaron la piel. Hermoso sentir Mariposa!!! Paty
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