Amanece, despierta el murmullo, la inquietud,
Un silencio voraz se apodera de mi ser, mi espíritu cavila
Desciende en las penumbras, se sumerge en las entrañas del silencio.
Te busco
Batallas doloridas,
Asunción de bosques sagrados que devoran la paz de mi alma
Cuando te acercas a mi y con tus labios,
Como un ejercito de guerreros destruyes mis fortalezas;
Como prisioneros mis poros y mi cuerpo se doblegan
Sucumben...
Tumultos de luz decapitando mi ser,
quebrantando la armonía de la noche;
Una muerte transitoria, efímera o eterna,
Cacofonía de la contradicción que se evapora en mi piel
Cuando demarcas con cruces y besos uno a uno mis senderos;
Me buscas
Guerras perdidas
Que no puedo evitar
Anochece, se cierra el circulo cromático de los espejos,
Cantan las cigarras sus propias muertes,
Copulan...
Se oculta la luna y las sombras resurgen como vampiros
Mientras tu cuerpo se agita como el caudal de las rosas
Y con tus espinas apuntalas mis deseos,
Me llevas al abismo y muero con tu propia muerte.
Tus manos se ciernen silenciosas, ávidas, desbordantes,
Inquisidoras
Y en las grutas carcelarias que invaden mi ser
como la concha de nácar o la explosión volcánica del deseo
un pensamiento, una negación: Tu
Atardece, la luz perpetua de la aurora, el arroyo decantado en la osadía,
Me indican que estas cerca...
Como un cofre de misterios te recuestas desnuda, incitante, traviesa
Y con un “ven, soy tuya” enciendes la hoguera;
Rindiendo tributo como en un altar, mis manos te buscan,
Cíclicamente como un arado, como un yunque para deshojar el misterio
Desciendo por la grupa de tus senos
Corcel perdido,
Travesía incompleta
Que me incita a pecar
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Que la palabra escrita...se grabe en tu pecho...y tu recuerdo en mi memoria...