Y es que ansió aquello que era nuestro, tus ojos, tus labios y esos besos, cautivando una vez más el alma y la tibia intimidad de nuestra aurora, asomando a la ventana.
En estos campos, mis alas están heridas y las magnolias están sangrando, como lo hace el alma mía en la ciudad de la distancia, del olvido, de las horas y los tiempos, colgándose en mis ojos y en mi rostro, ansiando tu universo…
Yo… mariposa blanca, crisálida dorada que se escurre entre la noche y tiembla, con esa luz de luna que busca entre la espuma tu nostalgia y se baña en soledad, como sirena…
Yo que he detenido el tiempo en el reloj de los olvidos...hoy te llamo...
Eileen
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Que la palabra escrita...se grabe en tu pecho...y tu recuerdo en mi memoria...