Desperté del sopor y la luna seguía ahí.
Creciente como mi respiro.
Salí al balcón y aún era madrugada.
Vi su silueta en el oscuro cielo
y me puse a escribirle
los versos amorosos de mi almohada.
Que decían así:
Incienso y mirra brota de tus labios
en esta estampida incauta de mis besos,
allí, donde amarte tiene sabor a noche
y se nos escurre la luna entre los dedos,
justo en el preciso instante en que mi sueños
se cuelgan de tus ojos negros
y el viento eriza nuestros cuerpos!
Decían que los astros rumoreaban
de nuestros amoríos por los campos y los lagos.
Que se reflejaba nuestro rostro en los eclipses.
Eso decían los astros ocultos tras las nubes.
Y mientras dos ninfas nos observaban,
los duendes tocaban serenatas al compás nocturno
en esa lluvia de estrellas sobre mi vientre...
preñado del beso de tu boca y mi locura
palpitando como un susurro intenso
hablándole a tu ombligo...
De donde salió la melodía de tus labios.
La prosa y la poesía del destello de tus manos
y la partitura de nuestros poros fue ejecutada
con majestuosa armonía entre tu fuego y mi fuego.
Explotando de éxtasis en sincronía del orgasmo venidero.
Y así...bajo el manto negro en pergaminos
sobre el pasto fresco de rocío...
yo en tus brazos mi amor y tú en los míos,
con la luna de testigo y nuestros sueños
sudando en las caricias del silencio
desnudos otra vez...NOS ADORAMOS!
Dueto Hernán Bc Eileen Ovalle
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Que la palabra escrita...se grabe en tu pecho...y tu recuerdo en mi memoria...