Y empecé a deshojarme
como una rosa marchita y solitaria
en esos otoños inclementes del olvido,
donde sueles navegar en tu barca negra
como sombra de la noche quieta,
esa que reposa en mansedumbre
sobre las aguas que esperan los inviernos
y las frágiles mareas
que se amarran en tus puertos
como hiedra entrecortada y mal herida!
Ay como duele vida mía tu silencio que me gime,
que me grita y me susurra…
en esas horas largas donde canta el viento
y te presiento distante
y sin promesas yo te abrazo
en la nostalgia que se arrima a mis orillas
y se mezcla con las huellas vespertinas
dejadas en la arena sin piedad!
Y a solas escucho ese cantar
de las lechuzas en la noche
anunciando el torrencial de nuestra alma
(que no cede ante la nada)
y fija en su mortaja
aquellas calaveras blancas, sin memoria
que me ataja sin palabras…
y repica en mi conciencia como un ánima olvidada
que se arrastra en las laderas
de piedras y montañas,
donde fuimos madrugadas
y tomamos nuestras manos agrietadas,
de tanto sostener la soledad!
Eileen
Ya no se que decir ante tus maravillas poéticas amiga... Y esos sentimientos que rasgan el aire para dar paso a la bruma y los pesares del alma... Ufff, me tumbó amiga!!!
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