jueves, 14 de marzo de 2013

Sí...



Y empecé a deshojarme 
como una rosa marchita y solitaria 
en esos otoños inclementes del olvido, 
donde sueles navegar en tu barca negra 
como sombra de la noche quieta, 
esa que reposa en mansedumbre 
sobre las aguas que esperan los inviernos 
y las frágiles mareas 
que se amarran en tus puertos 
como hiedra entrecortada y mal herida!

Ay como duele vida mía tu silencio que me gime, 
que me grita y me susurra… 
en esas horas largas donde canta el viento 
y te presiento distante 
y sin promesas yo te abrazo 
en la nostalgia que se arrima a mis orillas 
y se mezcla con las huellas vespertinas
dejadas en la arena sin piedad!

Y a solas escucho ese cantar 
de las lechuzas en la noche 
anunciando el torrencial de nuestra alma 
(que no cede ante la nada) 
y fija en su mortaja 
aquellas calaveras blancas, sin memoria 
que me ataja sin palabras… 
y repica en mi conciencia como un ánima olvidada 
que se arrastra en las laderas 
de piedras y montañas, 
donde fuimos madrugadas 
y tomamos nuestras manos agrietadas, 
de tanto sostener la soledad!

Eileen

1 comentario:

  1. Ya no se que decir ante tus maravillas poéticas amiga... Y esos sentimientos que rasgan el aire para dar paso a la bruma y los pesares del alma... Ufff, me tumbó amiga!!!

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Que la palabra escrita...se grabe en tu pecho...y tu recuerdo en mi memoria...

Música del cielo