con mis manos rotas
y escondí mi rostro ante el reflejo mudo de tu ausencia,
frágil y desnudo como las horas que se detienen
en esos lugares secretos, donde los duendes callan
y los madrigales se ensanchan a los pies de las cigarras
que mueren cuando la noche, les roba su destello
y el pasto empieza a marchitar tus huellas
más allá de las fronteras de un recuerdo que gime,
como las ninfas en esa orfandad de los sentidos.
Y sin más prisa que las sombras,
me retiro de tu vida
después de haber hecho añicos estos sueños míos,
de morir entre tus labios y acunarme en tu mirada…
sin más ambición que ser la dueña de todo el sentimiento
que brotaba de tu pecho al despuntar la luna.
Pero nocturnos mis ojos
y esa negra profundidad de tus pupilas,
a veces una lágrima cae sobre los rostros olvidados
y se acortan los caminos...
que llevan al vacío donde a tus anchas,
te veneran los silencios.
Y es que me marcho por tantas cosas,
- pero ante todo -
por ese reflejo mío en el espejo…que a solas,
me hace mirar de frente,
la miseria de tu esencia, burlándose de todo!
Eileen
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Que la palabra escrita...se grabe en tu pecho...y tu recuerdo en mi memoria...