Pertenezco al incienso que endulza tu entorno
y a las sábanas de seda que se enredan tibias,
en esos crepúsculos nacarados de tu piel desnuda
y me estremezco
También pertenezco a las horas arrulladas
por ese reloj que canta en tu ventana…
esas veces cuando la tarde se despinta
y la noche, reposa entre tu cara
Al tímido sabor a madrugada que destila
…humedeciendo el alma…
con esa voz templada que susurra
el amor que crece entre nosotros cada día
Y a la caricia que se escapa leve
de esos dedos tuyos que me buscan,
para hundirse entre mis aguas
que tú agitas explorando suave
Y es que así te pertenezco toda
en la mansión callada donde miro atenta
ese rostro tuyo de amapola…
que florece una vez más, en mi mirada!
Eileen

Amor, pasión, pertenencia... todo reunido en exquisitas palabras amiga. Que gran poeta que eres!!!!
ResponderEliminar