Pero cuántas veces hemos pretendido que no somos nada, entre la astucia de la memoria que se contrae y la fuerza de un recuerdo que se marcha, con las manos llenas de silencios y los ojos, vertiendo alguna lágrima, que intenta mezclarse con el mar callado, que habita en tu rostro.
Eileen
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Que la palabra escrita...se grabe en tu pecho...y tu recuerdo en mi memoria...